Ser mejores estudiantes en el contexto digital
Retos que nos plantea ser estudiantes en línea
Las sociedades actuales están atravesando por una serie de
cambios tecnológicos que obligan a los ciudadanos a generar una adaptación
constante a no sólo nuevos paradigmas en cuanto a conocimientos y actitudes
sino a la mutación de todo el marco epistemológico en el que se encontraban
inmersos.
Los estudiantes de cualquier nivel y de todas las áreas de
conocimientos así como de modelos presenciales o a distancia tienen a su
alcance herramientas y recursos que hasta hace poco tiempo eran impensables y
que hoy los encuentran en internet de
una forma relativamente fácil.
No obstante el contar con estas facilidades está generando, paradójicamente,
una serie de incapacidades tanto en las plantas docentes como en los beneficiarios
directos de las diversas instituciones educativas, los estudiantes. No es
casual que las distintas mediciones que se realizan, como la prueba PISA, nos
den razón de estas prácticas que en mucho reflejan la falta de compromiso tanto
ético como laboral en la cultura académica masificada de nuestro país.
Estoy seguro que en mucho la problemática se genera por la
elevada disposición a la fantasía de querer lograr mucho con poco esfuerzo, es
decir, como estudiantes acariciamos la
idea de que con solo bajar alguna información de aquí o copiar de allá algún
recurso y presentarlo como propio con eso basta para obtener una calificación
aprobatoria. Evidentemente en esto el problema es de dos porque muchas veces el
docente se presta a este juego y no revisa, o lo que es peor, se hace de la
vista gorda ante tal problemática.
La educación a distancia está exhibiendo, y esto lo podemos
ver en todo el mundo occidental ya que se plantean las mismas problemáticas, la
distancia que hay entre los inforicos y los infopobres, y los primeros no se
definen por la capacidad que tienen para acceder a la ciberinformación así como
los segundos a la incapacidad de acceso, sino que la diferencia está en el
procesamiento de la información que encuentran, en cómo la leen, cómo la
resignifican, cómo la reutilizan para determinados fines.
Por esta razón, ser alumno digital, inmerso en las nuevas
dinámicas comunicativas exige en primer lugar la realización de un autoanálisis
que nos lleve a tomar conciencia de cuál es mi nivel real de pensamiento
creativo, innovador y propositivo, no obstante, debe de ser el tutor o docente
quien motive la generación de estas herramientas reflexivas en los estudiantes
y por eso mismo, el docente tendría que haber transitado previamente por dichos
senderos para que así le sea más fácil moldear a sus estudiantes de acuerdo a
las necesidades que el nuevo entorno digital nos exige a todos los que realizamos
cotidianamente el acto educativo, sea virtual o presencial.
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